Un día más sin conexión.
Ella está de los nervios,
es una yonki.
Cada cual lo suyo, pienso.
Me he hecho cliente de tres
compañías de teléfono.
Me grita.
Odio este mundo.
Llego a casa.
Apagón analógico,
una pitonisa en el único
canal disponible.
Me voy a cagar y Bukowski
aclama el olor de mi mierda.
-¡Bravo! eso es cagar
el verbo-.
Leo unos poemas
locos,
sonrío,
los gozo.
Suena el teléfono.
Una compañía.
Me jodo.
No hay internet para mí.
Tal vez deba ponerme a escribir
hasta que ella vuelva.
Voy a tener que quitarle el enfado.
2 comentarios:
Bravo, Harry Haller.
Delicada Amapola, te envío un abrazo, fuerte, para lo días tristes en que a una le pesa el tiempo. Usted es primavera, no lo olvide.
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