-Ahí viene ese que canta-
dicen al verme pasar
las señoras en la plaza.
-Ahí viene el pajarillo-
me sonríen si las observo
y risueño, prosigo mi trino.
Yo canto señoras
y cantando así no me olvido
de que hay una voz
que late en mi pecho
de que el que canta
aún está vivo.