En un vuelo a Barcelona
he leído yo una revista
masculina.
Se anunciaban
marcas
de ropa
y cosas
de moda,
relojes, éxito,
tecnologías.
Casi todas
marcas
para mí
desconocidas.
No me ha vencido la congoja.
Me ha nacido una sonrisa.
Me la sudan
las tendencias
y las cosas
aburridas
de los hombres
de las revistas,
y sus constrictores
horarios de oficina.
Soy un rebelde.
He perdido
las formas,
la sumisión,
las jerarquías.
No tengo casa,
No tengo moto,
Ni hipoteca ni botín.
Eso sí
No soy Siddharta
No soy Jim Morrison
Ni soy Steve McQueen.
¿Será la niebla? ¿Serán las hojas muertas? ¿Serán los difuntos? ¿Serán los atardeceres de noviembre?
martes, noviembre 30, 2010
jueves, noviembre 18, 2010
Hombre de Hoy
Hombre de Hoy,
Yo, como Tú soy.
Comparto tus hambres
Hombre de Hoy,
tu aire, tu cielo, tu suelo
son los míos, Hermano.
Tú y Yo sudamos
en vagones hacinados
donde a penas nos miramos.
Tú y Yo pensamos
en paraísos malgastados,
en las dichas del pasado.
Tú y Yo soñamos
con un mundo mejorado
con un futuro optimizado.
Pero poco hacemos
Hombre de Hoy.
Hemos de reconocerlo.
Poco hacemos
los otros por los unos,
los unos por los otros.
Preferimos tocarnos
los cojones,
no tenemos linaje de Escipiones.
Pero de noche
Hombre de Hoy...
¡Ay, de noche! Amigo.
Tú y Yo tenemos claro
que de la Vida
la Noche es la mitad mejor.
De noche nos liberamos,
nos deseamos, buscamos
y bienhallamos.
De noche a nuestros vástagos
con pasión mayor
engendramos.
De noche los poetas
nuestros más bellos versos
alumbramos.
De noche a los difuntos
y sus difusas presencias
invocamos.
Noctívagos somos
mi Hermano,
y no negaré más
el hecho cierto,
Hombre de Hoy.
Yo, como Tú soy.
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