Las aves de la noche se alimentan de luciérnagas y roedores. Abren sus alas y se precipitan en un vuelo terrible: precisan su alimento y matan para conseguirlo. No son maléficas empero, necesitan comer para seguir vivas. Bien podrían abandonarse y elegir la inanición, más eso no sería propio de su especie: las aves de la noche nunca se han saciado con hierbas o helechos. Es la sangre, la sangre la que lustra su plumaje, la sangre la que aviva su mirada torva, asesina, tóxica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario