martes, agosto 28, 2007

In memoriam


“El hombre es un ser de lejanías”, escribió Heidegger.
Esta frase tiene muchos sentidos, como todas las suyas,
pero yo le aplico el más modesto y usual. Ir muriéndose es ir
alejándose de las cosas, o ver cómo las cosas se alejan. Así,
acudo a fiestas, tareas, usos cotidianos, inmediatos, y me parece
venir desde muy lejos, desde mis lejanías de hombre que agota a
grandes pasos su biografía. A uno le queda ya poco, pero no
poco o mucho de vida o de muerte, sino poco de uno mismo, poco de lo que fue, de lo que fui”

Francisco Umbral

lunes, agosto 20, 2007

Sopa de Ganso

Margaret Dumont: Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa?
Groucho: Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad?
Margaret Dumont: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí.
Groucho: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.

jueves, agosto 16, 2007

Al Avalista

Madrid, este minúsculo espacio del cosmos en el que yuppies encocados, facinerosos con flequillo, pajarracas de chúpame la punta y pobres diablos atribulados están encantados de haberse conocido. Será por los madrugones hacinados en apestosos vagones de lo más cosmopolita, por el intenso olor a basura que nos acompaña muchas mañanas nada más sacamos el pie del portal, por todas esas hembras que nunca conoceremos y que bien podrían hacernos felices y darnos hasta descendencia, por las hipotecas imposibles, por los jefes bastardos, por los amigos y familiares ausentes, por los fracasos y nuevos fracasos sentimentales, por las noches irrepetibles venidas y por venir, por las callejas sucias y graffitadas, por los mejis y las tostas de la Lucy, por los paseos interminables de sábado por la tarde, por los pisos sin cortinas, por el AVE... Pero sobre todo porque no existe mayor paraíso que volver a ver tus padres o a un amigo tras un verano de mierda.

Aquí nos quedamos. Por ahora.

jueves, agosto 09, 2007

Necesitado de arena y salitre

Las notas desacompasadas de esta guitarra siempre me vararon en playas de un verde perpetuo. Son notas familiares, benévolas y cálidas como los inesperados encuentros de Agosto en un Madrid de feria y caluroso.

Son notas de una guitarra que no es mía pero que es nuestra, y que nos transporta a tí y a mí a realidades que no percibimos con los sentidos, las realidades importantes, las que nos cuesta contar con palabras.

Notas que tejen vestidos amarillos con la bisoñez de un primer beso. Acordes bosquejados como las marismas del mar de Cádiz, mar tan pleno y tan sólo, presagio y recuerdo de sonrisas balsámicas, de una boca pequeña de dientes grandes.

Ahora estamos lejos, pero sé que en mi playa, como la mar y la arena, siempre nos tendremos cerca.