Saldremos al jardín bajo la lluvia -¡antojos!-,
habrá una gracia nueva por los frescos senderos,
y tú alzarás la frente y cerrarás los ojos
para que el agua mansa te llene de luceros.
El cariño será feliz entre las flores
mojadas, y, en una banco perdido en una senda,
yo te diré al oido madrigales de amores
y tú te dejarás poner la dulce venda...
La lluvia vendrá bien a tu mejilla ardiente,
y cuando todo caiga -nuestro placer y el día-,
tus ojos insondables hundirán en poniente
el encanto sin nombre de su negra poesía.
JRJ
Tus páginas de mar y cielo impregnadas de tu fresco aroma dilatan la mañana, y creo que la cándida luz y las caricias del aire son tu alma que viene a visitarme. Tus páginas son tú, sensibilidad regalada, cúmulo de recuerdos presentísimos hoy y siempre. Marta, ¿realmente se puede morir enamorado? Ahora sé que sí.
habrá una gracia nueva por los frescos senderos,
y tú alzarás la frente y cerrarás los ojos
para que el agua mansa te llene de luceros.
El cariño será feliz entre las flores
mojadas, y, en una banco perdido en una senda,
yo te diré al oido madrigales de amores
y tú te dejarás poner la dulce venda...
La lluvia vendrá bien a tu mejilla ardiente,
y cuando todo caiga -nuestro placer y el día-,
tus ojos insondables hundirán en poniente
el encanto sin nombre de su negra poesía.
JRJ
Tus páginas de mar y cielo impregnadas de tu fresco aroma dilatan la mañana, y creo que la cándida luz y las caricias del aire son tu alma que viene a visitarme. Tus páginas son tú, sensibilidad regalada, cúmulo de recuerdos presentísimos hoy y siempre. Marta, ¿realmente se puede morir enamorado? Ahora sé que sí.
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